Tampoco dejaba de impresionar a sus interlocutores la manera en la que Merrick detallaba sus impresiones, recordándose con especial ternura un episodio en el que Joseph hablaba de la primera vez que una mujer le había cogido la mano y, la emoción de no sentirse rechazado, le hizo comenzar a llorar como un niño.
Inocente y carente de toda maldad, Joseph relataba así lo que el creía era la causa de sus deformidades:
"Ví la luz por primera vez el 5 de Agosto de 1862. Nací en Lee Street, Leicester. La deformidad que exhibo ahora se debe a que un elefante asustó a mi madre; ella caminaba por la calle mientras desfilaba una procesión de animales. Se juntó una enorme multitud para verlos, y desafortunadamente empujaron a mi madre bajo las patas de un elefante. Ella se asustó mucho. Estaba embarazada de mí, y este infortunio fue la causa de mi deformidad”.
Una mañana de Abril de 1890, a los 27 años de edad y en una de las etapas más felices de su vida, Joseph Carrey Merrick fue encontrado muerto en su cama. Treves, tras un examen, concluyó que murió por asfixia al quedarse dormido. La cabeza de Merrick era enorme y solo con esfuerzo conseguía mantenerla erguida. Su desmesurado peso y tamaño impedían que Merrick pudiese dormir tumbado, obligándole siempre a hacerlo sentado y en una posición determindada; de otra manera las deformidades le comprimían la tráquea y le dificultaban gravemente la respiración. Aunque actualmente te baraja la hipótesis de que su cabeza se deslizara debido a su peso desproporcionado mientras dormía y se desnucara.
En el historial clínico del Royal London Hospital, se describía así las deformaciones de Josep Merrick:
“… una enorme y deformada cabeza, la extremidad superior derecha y ambas extremidades inferiores muy torcidas, acentuando alargamiento e hipertrofia de la mayor parte de los dedos de la manos derecha, escoliosis y una pronunciada cojera en la cadera izquierda. Presentaba innumerables nódulos y masas papilares, a modo de coliflor, ampliamente diseminadas en la piel y tejidos blandos del cuero cabelludo, parte derecha de la cara, espalda, posaderas y esxremidades. Del maxilar superior sobresalía una masa de hueso, creando una apariencia peculiar a modo de probóscide: esta masa había recidivado después de su resección a la edad de 20 años”.
Su esqueleto se exhibe en este hospital junto con algunas de sus pertenencias, además de una maqueta de cartón que realizó para una actriz de la época de apellido Kendall y vaciados de escayola que se le realizaron después de muerto.
Su vida fue llevada a la gran pantalla por el director estadounidense David Lynch en 1980 bajo el título de “El hombre elefante”.
Nunca guardó rencor y murió eximiendo a todos aquellos que le utilizaron y le dañaron de toda culpa o resentimiento y habiendo conseguido lo que todo ser humano ansía en vida: saberse amado y reconocido como ser independiente y racional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario