¡¡¡¡¡¡¡Da de comer al hamster!!!!!!

miércoles, 6 de enero de 2010

Los niños Rata

"Esta es mi vida en el subsuelo, debajo de las huellas que deja la tuya. ¿Puedes mirar ahora más allá de tus zapatos?"

Hoy es un día especialmente dedicado a los más pequeños. Un día en el que, más que en ningún otro, se les colma de regalos y de
l afecto de toda la familia.
… pero no todo son presentes y alegrías: hoy muchos niños luchan como cada día por llevarse un pedazo de pan a la bo
ca.
Es el caso de los niños “rata”.
Nos situamos en Ulán Bator, Mongolia.

En pleno siglo XXI más de tres mil niños desamparados viven en el subsuelo de esta ciudad. En las cloacas, en pequeñas comunas jerarquizadas, comparten con los roedores sus austeras camas de cartón y los despojos de la ciudad, y se refugian de las inclemencias del duro clima mongol y de las vejaciones y palizas de aquellos que les dan la espalda. Borrachos, mendigos y adolescentes con ganas de pelea abusan de su natural ventaja para expoliarles lo poco que tienen.
Durante los duros inviernos se ven obligados a robar y a mendigar, o recolectan botellas de vodka, trabajo que siempre da ingresos seguros. En primavera, después del amanecer y cuando el sol ha calentado unas horas, se
dividen: unos van a los vertederos o a lavar coches, otros a la estación de trenes a cargar maletas o a mendigar y los más, van en busca de algún sexo-turista que les pague un dólar por sus servicios … si es que les pagan.

El alcantarillado está numerado y dividido por sectores y distritos y, cada sector, es vigilado y protegido por una banda juvenil que defenderá las posesiones del grupo literalmente hasta la muerte.
Después de la jornada se reúnen para hacer inventario y para compartir sus m
anjares habituales: un trago de vodka y una sopa de fideos chinos.
Huérfanos, explotados sexual y laboralmente, maltratados, comparten
una única preocupación: el día a día. Más allá, no existe más que el plan para conseguir el pan de mañana.
Encarcelados y perseguidos por las autoridades, que miran impasibles hacia otro lado, los fallecimientos por explosiones en las tuberías y por venganzas de otras bandas, además de las enfermedades a las que están expuestos, como la neumonía, acaban con un problema del que nadie quiere hacerse cargo y que nadie quiere ver.
¿Estás dispuesto/-a a seguir mirando hacia otro lado?

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