"Esta es mi vida en el subsuelo, debajo de las huellas que deja la tuya. ¿Puedes mirar ahora más allá de tus zapatos?"
Hoy es un día especialmente dedicado a los más pequeños. Un día en el que, más que en ningún otro, se les colma de regalos y del afecto de toda la familia.
… pero no todo son presentes y alegrías: hoy muchos niños luchan como cada día por llevarse un pedazo de pan a la boca.
Es el caso de los niños “rata”.
Nos situamos en Ulán Bator, Mongolia.


Durante los duros inviernos se ven obligados a robar y a mendigar, o recolectan botellas de vodka, trabajo que siempre da ingresos seguros. En primavera, después del amanecer y cuando el sol ha calentado unas horas, se dividen: unos van a los vertederos o a lavar coches, otros a la estación de trenes a cargar maletas o a mendigar y los más, van en busca de algún sexo-turista que les pague un dólar por sus servicios … si es que les pagan.

Después de la jornada se reúnen para hacer inventario y para compartir sus m

Huérfanos, explotados sexual y laboralmente, maltratados, comparten una única preocupación: el día a día. Más allá, no existe más que el plan para conseguir el pan de mañana.
Encarcelados y perseguidos por las autoridades, que miran impasibles hacia otro lado, los fallecimientos por explosiones en las tuberías y por venganzas de otras bandas, además de las enfermedades a las que están expuestos, como la neumonía, acaban con un problema del que nadie quiere hacerse cargo y que nadie quiere ver.
¿Estás dispuesto/-a a seguir mirando hacia otro lado?
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