"Volvería a hacerlo 1.000 veces"

Así contestaba el español Juan López de Uralde ante la pregunta que le realizó un reportero a su llegada al aeropuerto de Barajas.
Juan López, director de GreenPeace en España, la noruega Nora Christiansen, el suizo Christian Schmutz y el holandés Joris Thijssen, responsable internacional de la campaña de energía y cambio climático de la organización, fueron puestos en libertad el pasado día 06 de Enero después de 21 días de reclusión preventiva y a la espera de juicio, en la cárcel danesa Vestre Faengsel.
Incomunicados y sin conocer la magnitud de los cargos de los que se les acusaba, fueron engañados con falsas promesas de repatriación y no se llevó a cabo un interrogatorio hasta el penúltimo día de su estancia penitenciaria.

El motivo de su detención es de sobra conocido: durante la Cumbre del Clima en Copenhage, sin ser advertidos por los equipos de seguridad del palacio de Christiansborg, se infiltraron antes de la cena de más de cien jefes de Estado y de gobierno, para desplegar sendas pancartas donde rezaba: “Politicians Talk Leaders ACT”.

"Los políticos hablan. Los líderes ACTUAN"

Se les acusa de un delito de allanamiento de morada, suplantación de autoridad pública y falsificación de documentos.
Uralde, que ha alegado que durante la detención se saltaron derechos humanos básicos, opina que la reacción del gobierno danés ante la protesta pacífica llevada a cabo por la organización ha sido “desproporcionada”, aunque eran conscientes de que en una acción de semejante magnitud no podrían “irse de rositas”.

“El supuesto crimen que estas cuatro personas han cometido es intentar imprimir a los líderes mundiales la necesidad de actuar urgentemente para impedir el cambio climático catastrófico. La duración de su detención sin juicio está fuera de toda proporción para lo que fue una protesta simple e inofensiva con un objetivo legítimo”
Mads Christensen, director ejecutivo de GreenPeace en los países nórdicos.

Insistió a su vez en la importancia de solucionar el problema del cambio climático y hacer presión sobre el gobierno mundial para que recapaciten sobre ello.
Uralde, muy emocionado por las muestras de cariño y apoyo a su llegada a Madrid, concluyó su discurso alegando que “si la acción ha servido para visualizar más el fracaso de la Cumbre del Clima y para que “quien tenga que ponerse las pilas, se las ponga”, bienvenido sea”.